3 de marzo de 2012

Cara a cara: la entrevista como forma de conocimiento (segunda parte)


En el anterior artículo reconocimos los elementos epistemológicos de la entrevista, ahora vamos a ver los tipos que existen y a describir las características de la entrevista no dirigida o etnográfica, para ello comentaremos el texto La etnografía: métodos, campo y reflexividad de Rosana Guber[1].

Existen tres clases de entrevistas de investigación:

  1. Entrevista Estructurada: Se realiza a manera de encuesta, con preguntas estandarizadas que se aplican a una o a un grupo de personas. Las preguntas no se modifican sino que son aplicadas con rigurosidad. Este tipo de entrevista está más ligado con el enfoque positivista cuantitativo.
  2. Entrevista Semiestructurada: Tiene un tratamiento más personalizado y se realiza de acuerdo al entrevistado, al contexto y a las categorías que se desean trabajar. Este tipo de entrevista son las más comunes en las investigaciones cualitativas. Desarrollaremos sus características en el siguiente artículo.
  3. Entrevista No estructurada, no directiva o etnográfica: A continuación detallamos su esencia y dinámica.
Para conocer mejor este tipo de entrevista vamos a definir algunas características de su matriz, la etnografía:

  • Según Rosana Guber la etnografía “…es una concepción y práctica de conocimiento que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros (entendidos como actores, agentes o sujetos sociales)... en ella se observan tres niveles de comprensión: el nivel primario o reporte es lo que se informa que ha ocurrido (el qué); la explicación o comprensión secundaria alude a sus causas (el por qué); y la descripción o comprensión terciaria se ocupa de lo que ocurrió para sus agentes (el cómo es para ellos). Un investigador social difícilmente entienda una acción sin comprender los términos en que la caracterizan sus protagonistas.” (Guber p.11 – 12)
  • La etnografía utiliza técnicas no directivas (es decir más abiertas, no elaboradas con una rigurosidad científica) tales como la observación participante y las entrevistas no dirigidas. Estos instrumentos vienen acompañados de una residencia prolongada con los sujetos de estudio, por ello para Guber “…la etnografía es el conjunto de actividades que se suele designar como "trabajo de campo", y cuyo resultado se emplea como evidencia para la descripción.” (Guber p. 15). 
  • En la etnografía la descripción de las cosas parte de una ignorancia metodológica, es decir un replanteamiento de “…la centralidad del investigador como sujeto asertivo de un conocimiento preexistente convirtiéndolo, más bien, en un sujeto cognoscente que deberá recorrer el arduo camino del des-conocimiento al re-conocimiento.” (Guber p. 15) Por otro lado el investigador debe buscar “…interpretar/describir una cultura para hacerla inteligible ante quienes no pertenecen a ella.” (Guber p. 15 – 16)


En síntesis, para Guber “…la entrevista es una estrategia para hacer que la gente hable sobre lo que sabe, piensa y cree... Esta información suele referirse a la biografía, al sentido de los hechos, a sentimientos, opiniones y emociones, a las normas o standards de acción, y a los valores o conductas ideales.” (Guber p. 74)

La entrevista en la etnografía es una acción comunicativa, con sus propias normas, por ello el entrevistador debe conocer el entorno metacomunicativo de sus informantes para reconocer sus normas y no imponer la lógica comunicativa de su propio entorno. Es decir, si entrevistamos a alguien, sin ser conscientes de nuestras propias normas de  comunicación y menos de las que rigen el mundo cultural de nuestros entrevistados, podemos bloquear el sentido de las respuestas que encontremos durante la conversación.

Es por ello que Guber menciona que “…las respuestas entonces estarán predeterminadas por la definición de la situación y de las preguntas. Por eso puede decirse que no hay preguntas sin respuestas; esto no significa afirmar que a cada pregunta corresponde una respuesta sino, más bien, que toda pregunta supone una respuesta o cierto rango de respuestas, sea por el enfoque de la pregunta, por su formulación o por los términos de fraseo.” (Guber p.78)

Como hemos visto los investigadores etnográficos tienen la particularidad de cuestionarse mucho por el tipo de preguntas que realizan ya que consideran que “…al plantear sus preguntas establecen el marco interpretativo de las respuestas, es decir, el contexto donde lo verbalizado por los informantes tendrá sentido para la investigación y el universo cognitivo del investigador. Este contexto se expresa a través de la selección temática y los términos de las preguntas.” (Guber p. 78)

Para sintetizar ello Guber menciona que “…desde ciertos enfoques, la no directividad se funda en el supuesto del hombre invisible, como si no participar con un cuestionario o pregunta prestablecida, favoreciera la expresión de temáticas, términos y conceptos más espontáneos y significativos para el entrevistado.” (Guber p.79). Por ello el investigador “…solicita al informante indicios para descubrir los accesos a su universo cultural.” (Guber p. 81)

Lo que debe hacer el investigador es llevar sus inquietudes entre paréntesis, es decir, al margen de lo que digan los informantes ya que lo que ellos dicen es más importante; por ello es necesario permanecer en una atención flotante.

Una vez captados los elementos importantes en el discurso de los informantes se van a reformular las primeras categorías.

Para Guber este proceso no es mecánico ya que demanda asombro, “…y para que haya asombro debe haber la ruptura con sus sentidos que "tenga sentido" para él.” (Guber p. 84)

Bronisław Malinowski, considerado el fundador de la etnografía,
con nativos de las Islas Trobriand , 1918 (Wikipedia)


Procesos de la entrevista

La entrevista etnográfica tiene dos grandes momentos:

  • Apertura: el investigador debe descubrir las preguntas relevantes.
  • Focalización y profundización: Implementar preguntas más incisivas de ampliación y sistematización de esas relevancias.
Es necesario tener en cuenta que no es recomendable ir de frente al tema con una persona ya que no comparte nuestro mismo esquema de duda; no ir al grano directamente. “Por definición metodológica, el investigador no puede hacer esto (ir al grano) cuando comienza  la investigación porque desconoce no sólo cómo hacerlo sino cuál es el grano para la gente… Es como preguntar en un barrio humilde; ¿Cuáles son las manifestaciones culturales de este barrio? y sus habitantes identifican cultura con alta cultura, la respuesta será: ¡Ninguna!” (Guber p. 86)

Es necesario que en nuestra lista de preguntas haya preguntas descriptivas ya que nos permiten reconocer los elementos a los que los informantes le dan preponderancia en su discurso.

Para explorar el sentido de las categorías construidas es conveniente reformular la perspectiva de la interrogación sobre un término específico, y buscar sus relaciones con otras categorías sociales. Pero es mejor encarar esta búsqueda en los usos más que en definiciones abstractas. Esto se debe a que puede pasar que en nuestras preguntas sobre el sentido de las cosas parezcamos muy ingenuos, es mejor ir por las experiencias para que puedan describirnos el sentido de lo que piensan los actores.

Por ejemplo si alguien atribuye a los pandilleros la categoría de promiscuos, no debemos usar la clásica pregunta: ¿y para usted qué significa promiscuidad? porque puede ser que nos tome como pocos serios. Sería mejor preguntar acerca de la acción que lo ha llevado a definir así a los pandilleros o que haga una diferencia entre ese y otro términos. El sentido de las cosas son discursos que se encuentran entre líneas y un informante no va a responder directamente la pregunta de investigación.

Una vez que se han agotado las categorías creadas es necesario plantear preguntas directivas para ir cerrando algunos temas y ser más incisivos.

Finalmente las entrevistas etnográficas necesitan tener un contexto familiar para el informante, un lugar donde se sienta en confianza y no sea perturbado. Debemos reconocer que las entrevistas tienen un ritmo determinado, que pueden ser conversaciones pequeñas o momentos extendidos. Es importante no cansar al informante o que las conversaciones sean aburridas por ello debemos respetar sus tiempos.

A modo de conclusión

Como comunicadores sociales tenemos que aceptar que realizar una entrevista etnográfica demanda mucha experiencia no solo en las interacciones sino también en el campo epistemológico. Muchos están acostumbrados a reconocer en la entrevista una forma de encontrar hallazgos o un ejercicio de objetividad. Para realizar estos tipos de entrevistas hay que ser muy sensibles a la sociedad y por ende debemos dejarnos llevar por una existencia sin criticarla, sino desentrañándola. Los antropólogos se demoran años en tener certezas luego de estos procesos, nosotros quizá no podamos invertir tanto pero es importante reconocer ciertos aportes de la etnografía en nuestras entrevistas:

  • Nunca suponer que las preguntas van a ser entendidas por nuestros informantes tal como las concebimos nosotros.
  • Tomarnos un tiempo de inmersión en el campo para comprender el universo cultural de las personas con las que trabajamos. Intentar reconstruir nuestras categorías iniciales a partir de nuestra observación y preguntas casuales.
  • No ir de frente al grano con nuestras intenciones investigativas. Intentar con preguntas descriptivas y llegar por el lado de la acción.

En el siguiente artículo veremos el estilo de la entrevista semi estructurada o semi dirigida, es decir, una mezcla entre ambos estilos de la entrevista no estructuras o etnográfica, y la entrevista dirigida.



[1] GUBER, Rosana La etnografía: métodos, campo y reflexividad Ed. Norma. Bogotá 2001

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