30 de enero de 2012

¿Qué tipo de Ciencia Social debemos construir? ¿Y la comunicación? (Parte 1)


Preparándonos para iniciar una investigación, revisaba algunos apuntes de lecturas pasadas que abordábamos en las sesiones de discusión sobre epistemología y ciencias sociales, a manera de adentrarnos en el debate epistemológico sobre la comunicación. Este post se basa en un resumen de ¿Qué tipo de Ciencia Social debemos construir ahora?, el tercer capítulo del libro Abrir las Ciencias Sociales de la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales, con la coordinación de Immanuel Wallerstein. Aunque algunas observaciones planteadas en la obra no se condigan necesariamente con nuestra realidad, en líneas generales hay muchas ideas expuestas que llaman a la discusión y el debate. Incluyo además algunas reflexiones sobre como situar a la Comunicación en el asunto.


La visión del tema es desde dos aspectos, el primero tiene que ver con el componente organizacional y el otro aborda las cuestiones teóricas - metodológicas.
Dentro del aspecto organizacional existe un enfoque interno que trata la estructura académica de las ciencias sociales dividida en disciplinas y la administración de ellas. Asimismo, se plantea un enfoque externo que se centra sobre todo en las estructuras no docentes.

Aspecto Organizacional
A. Enfoque interno
1. Si bien la división de las ciencias sociales en diversas disciplinas tuvo como uno de sus logros la formación de estudiosos, aquellas han terminado controlando los patrones de la carrera, incluso luego de culminada la preparación de los estudiantes:
- Por lo general, para cargos docentes como de investigación se requieren doctorados (en nuestro caso se puede observar que la valla baja con frecuencia, permitiendo grados menores) en disciplinas específicas.
- Se estima mucho la publicación de trabajos en revistas de la disciplina.
- En el caso de los estudiantes de postgrado, se valora la obtención de títulos en disciplinas estándar.
- Por lo general, los estudiosos tienden a asistir a eventos académicos como seminarios y conferencias de su propia disciplina.

Hasta aquí, se observa que las disciplinas en muchos casos han dotado a los estudiosos de una protección que no alientan el cruce de fronteras. Sin embargo, también existen otras aristas a considerar:
- Algunos requisitos de las disciplinas han provocado nuevos espacios académicos como coloquios, conferencias y congresos, importantes para la comunicación científica.
- Esos coloquios reclutan a sus participantes no en torno a las disciplinas sino al objeto de estudio, lo cual convoca a estudiosos de diversas disciplinas.
- Surgen revistas científicas de investigación que ignoran las barreras disciplinarias.
- Aparición de programas nuevos en la segunda mitad del siglo XX, compuestos por personas tituladas en diversas disciplinas. (trabajo social, comunicación, computación, genética)

En el caso de la comunicación, la formación teórica recibida bebe de otras disciplinas de las ciencias sociales y además de las humanidades. Otros conocimientos impartidos, que podrían decirse más propios de la disciplina (redacción, edición de video, protocolo organizacional, etc.) son eminentemente prácticos. En las escuelas o facultades de comunicación la especialización se desarrolla en el pregrado y los incentivos a estudios e investigaciones interdisciplinarios parecen ser escasos.
Mi impresión es que los requerimientos del mercado han hecho de la comunicación una carrera donde el énfasis ocurre por el lado de la técnica y la práctica. Por consiguiente, la especialización buscada por los comunicadores también en el postgrado va en esa línea.
De otro lado, y quiero referirme solo a la realidad en el Perú, existe una indefinición y dispersión de la visión epistemológica (ya histórica) de la disciplina plasmada incluso en la propia ubicación de las escuelas de comunicación. A veces dentro de facultades de humanidades, otras dentro de facultades de ciencias sociales, cuando no aisladas completamente como una facultad aparte.

2. Batalla por asignación de recursos. Las nuevas disciplinas tienden a reclamar mayores recursos e independencia presupuestaria, reduciendo el poder de disciplinas tradicionales ya existentes. Quienes tienen menos recursos tratan de justificar incrementos de los mismos con argumentos intelectuales académicos pero quienes deciden sobreponen criterios administrativos. Asimismo, la presión es distinta en cada universidad y cada país.

3. El panorama final es una dispersión organizacional con multiplicidad de nombres para nuevos programas. Es decir, ocurre lo contrario del periodo posterior a la mitad del siglo XIX y mitad del siglo XX. Cada vez se crean más disciplinas.

4. Las fronteras entre los llamados tres supercampos del conocimiento: ciencias naturales, sociales y humanidades tienden a difuminarse. Esto lleva a discutir la posible reconfiguración del sistema de facultades y ya no solo de las ciencias sociales. La creación de nuevos programas disciplinarios producto del intercambio entre dos o más disciplinas antes separadas. Por ejemplo, la unión de la ética y la biología: Bioética; la unión de la antropología, la medicina y el derecho: Antropología forense, etc.

Al respecto cito este párrafo del Informe 2006. La universidad en el Perú del MINEDU: 
“El esquema institucional predominante en la universidad peruana traduce el arraigo de patrones epistémicos positivistas decimonónicos, como el de la distinción dicotómica entre ciencias puras y ciencias aplicadas, o entre ciencias naturales y ciencias sociales. Más aún, éstas últimas han tendido a reproducir criterios metodológicos de las primeras, bloqueando las posibilidades de un efectivo acercamiento y recuperación del rico imaginario y el bagaje de saberes presente en nuestra sociedad multicultural.
Dicho patrón organizacional ha limitado el trabajo académico interdisciplinario, contribuyendo a la actual dispersión y atomización de facultades, escuelas e institutos de investigación.” (Pág. 72)

B. Enfoque externo.
En este punto las observaciones se dirigen a lo que ocurre hacia fuera de las universidades.
1.  La fuga de las actividades de investigación a centros de estudios avanzados, en algunos casos externos a la universidad, y otras estructuras no docentes. Muchos investigadores no desean enseñar en niveles iniciales de formación. En el caso del Perú, es difícil encontrar investigadores de primer nivel como docentes en el pregrado. Asimismo, existen varios institutos de estudios e investigación de gran prestigio, por fuera de la estructura universitaria. Por ejemplo, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO) o el Instituto Peruano de Economía (IPE), entre otros.
2. En el siglo XIX los espacios de comunicación intelectual eran las reuniones académicas nacionales y las publicaciones periódicas científicas, posteriormente aparecieron los coloquios, con mayor fuerza desde la segunda mitad del siglo XX. Con la superpoblación de estas estructuras han aparecido otras nuevas donde los profesionales se encuentran físicamente separados pero gracias a las nuevas tecnologías son capaces de unirse. Las publicaciones online, tecnologías de creación, edición, almacenamiento y difusión de documentos y archivos, redes sociales (Google Docs, blogs, Quora, por nombrar algunos). Son espacios virtuales de intercambio y comunicación con un flujo constante y en crecimiento.

Ante estos procesos endógenos y exógenos, que vienen sucediendo desde hace algunas décadas, surgen varias cuestiones. ¿Seguirán siendo las universidades la principal base organizacional de la investigación académica o serán sustituidas por centros especializados, institutos de investigación, redes sociales y/o comunidades virtuales?
Vale considerar la idea de la aplicación de la web social y sus tecnologías a la investigación científica. Algunos han llamado a esto Ciencia 2.0. No deben pasar inadvertidas redes sociales como Academia.edu, ResearcherID, Academici.net, por citar solo unas cuantas.




Se plantea que con la expansión de la estructura universitaria, es probable que estos cambios sean inevitables y hasta podrían brindar un equilibrio. Sin embargo, algo no tan positivo sería que la investigación se escindiría cada vez más del sistema universitario y de la enseñanza con lo cual la justificación para la investigación académica correría riesgo.
Aquí hay que tener en cuenta los problemas que afrontan las carreras que no se vinculan fuertemente a las necesidades del mercado o la economía, principalmente las humanidades. Hoy en día, estemos de acuerdo o no, este es también otro factor de legitimación.

Para un siguiente post, veremos los aspectos teórico metodológicos, señalados en el libro.