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La conferencia de Todorov tuvo como base principal lo expuesto en su obra Los enemigos íntimos de la democracia. Para Todorov la identificación con el tema de la democracia tiene un origen personal. Recordó cuando su país natal, Bulgaria, entró bajo el dominio de la URSS y se inició un régimen comunista severo que no permitía ninguna desviación. Aquel régimen tenía por nombre "democracia popular". Ambas palabras significan mas o menos lo mismo pues democracia es el gobierno del pueblo y popular señala justamente al pueblo. En ese sentido, reflexionó, cuando se utilizan a la vez dos palabras para decir lo mismo lo más probable es que eso que aluden se encuentre ausente.
Todorov define la democracia como un régimen en el cual el poder le pertenece al pueblo y este escoge libremente a su gobierno. Se espera que en el seno de la democracia todos los habitantes tengan los mismos derechos. En las democracias liberales se agrega además, al principio anterior, la libertad individual. De este modo, el logro personal se convierte en una meta válida. Sin embargo, el bienestar de la comunidad no siempre coincide con el del individuo.
Para Todorov una verdadera democracia no postula que los valores en los cuales se funda sean absolutos. Por ello se debe evitar el fanatismo, que no permite la pluralidad y mas bien practica la intolerancia. Asimismo, la democracia no regula el contenido de las opiniones sino la forma en que estas se expresan.
Queda claro entonces que uno de los mayores enemigos externos de la democracia, y ya conocido, es el totalitarismo. En el caso del Perú, Todorov indicó que estuvimos a punto de conocer un régimen totalitario con una doctrina maoísta, en referencia a Sendero Luminoso.
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Todorov identificó a tres grandes enemigos íntimos de la democracia:
1. El mesianismo. Consiste en la imposición de la democracia y sus valores a pueblos que no los tienen como suyos. Se trata de forzar la exportación del ideal democrático al mundo por medio de las fuerzas armadas. Un ejemplo es la Guerra de Irak. De hecho, señaló Todorov, programas de gobierno oficiales de Estados Unidos plantean como ejes principales la libertad, la democracia y la libre empresa y se declaran encargados de imponer estos valores de manera universal, incluso por medio de la fuerza. Resalta que estos programas contienen cosas espeluznantes pues rememoran el mesianismo, las cruzadas y el colonialismo.
En un momento, Todorov se preguntó si acaso descubriéramos la naturaleza del bien, ¿habría que hacer la guerra a aquellos que no se identifican con esa concepción del bien? ¿Eso no significaría un costo enorme de vidas humanas? Otro ejemplo, ¿habría que hacer la guerra a los países en los que el Estado interviene en su economía?
En este sentido, se puede interpretar que Todorov se muestra en contra de los intervencionismos extranjeros en los países.
2. La ideología ultraliberal. Es la amenaza a la autonomía de la política por diversas presiones, principalmente desde la economía. Para Todorov, el caso de las empresas globales es un claro ejemplo. Estas escapan al control del Estado, son capaces de movilizar capitales inmensos y no necesariamente de manera física. Incluso, ahora son los Estados que se ponen al servicio de estas empresas multinacionales con la intención de atraerlas.
Asimismo, gracias a los mercados unificados una persona que no se beneficia con determinadas reglas traslada con un solo click sus capitales y es capaz de provocar verdaderas crisis sociales. Se trata de personas con gran poder que no le dan cuenta a nadie de sus actos.
De este modo, para Todorov, el ultraliberalismo promueve la soberanía del poder económico encima de la soberanía política (del pueblo). No se tolera ningún tipo de intervención del Estado.
Hay que anotar que Todorov dejó claro que el capitalismo no es contrario a la democracia y tampoco la globalización es un mal en sí mismo, pues el relacionamiento entre los países no es un desastre, salvo por los desbalances que pueden producir, por ejemplo, quiebres de industrias locales y desempleo.
Otra expresión del ultraliberalismo es el excesivo poder de los medios de comunicación. Todorov aclara que la libertad de prensa es indispensable como contrapoder. Sin embargo, la libertad de expresión, que fundamenta a la libertad de prensa, cuando es ilimitada se llega a convertir también en un poder y todo poder debe, necesariamente, tener un contrapeso.
Para Todorov, es claro que el poder de la prensa no es elegido ni ungido por la ley, sino que es simplemente de quien posee los medios. Entonces ¿cómo limitar ese poder? Por ejemplo, señala, hay que velar para que personalidades políticas no tengan intereses personales en los medios de comunicación (el caso Berlusconi en Italia). Asimismo, se debe alentar la pluralidad en la prensa. Si todos los medios dicen lo mismo y además lo mismo que dice el gobierno de turno entonces es probable que exista un problema.
Vale la pena hacer una reflexión sobre este poder de la prensa al que Todorov se refiere. Si fuera cierto que la prensa tiene un gran poder por qué entonces los crímenes contra los periodistas parecen arreciar. De hecho, según el Informe Anual de Impunidad 2012 - IFEX-ALC, entre enero de 2010 a setiembre de 2012 fueron asesinados 74 periodistas en América Latina y el Caribe; 878 sufrieron agresiones físicas, 431 periodistas fueron amenazados de muerte y cerca de 120 han sido enjuiciados. A nivel mundial, según el IPI, en lo que va del 2012, fueron asesinados 102 periodistas.
Desde mi punto de vista, en la estructura de los medios hay que diferenciar al propio medio como aparato de comunicación, a los propietarios y los periodistas. Estos últimos son sin duda los más desprotegidos. Aún así, también es cierto que los casos de cierre de medios de comunicación y acoso a sus propietarios, como ocurre por ejemplo en Venezuela y Ecuador, también existen, y por supuesto también afectan a los periodistas. Todo esto sucede en un contexto donde la relación entre los gobiernos y la prensa se encuentra claramente deteriorada.
Así que cuando Todorov se refiere al poder excesivo de los medios de comunicación parece apuntar a aquellos que se encuentra de algún modo alineados y que "juegan en pared" con otro tipo de poder como el político o el económico. Se trata pues de la pérdida de su sentido crítico y plural.
Otra arista que, me parece, Todorov advierte en el tema del poder de los medios se refiere a las responsabilidades. Muchos periodistas tienden a minimizar el poder de los medios y la influencia de estos en la opinión pública. Pienso que, en el fondo, eso contribuye a una percepción reducida de las responsabilidades éticas de comunicación. Creo que si no tenemos claro las responsabilidades que conllevan nuestras prácticas como comunicadores sociales los límites se difuminan y aparecen los excesos. Cito al filósofo liberal Karl Popper en su obra La televisión es mala maestra:
“Ha sucedido que la televisión se ha convertido en un poder político colosal, potencialmente, se podría decir, el más importante de todos, como si fuese Dios mismo el que hablara. Y así será si seguimos permitiendo el abuso. Se ha vuelto un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia puede sobrevivir si no se pone fin al abuso de este poder.”1
3. El populismo y la xenofobia. El populismo, indica Todorov, favorece lo inmediato y se aparta de las abstracciones. Mientras el populista se dirige a la plaza y la enamora, el demócrata muchas veces debe promover ideas impopulares pensando en el bien común y duradero. El populismo es pues, efímero y reemplaza al poder del pueblo por la pasión de las multitudes. Además muchas veces, el populismo, al recurrir a lo emocional, tiende a exacerbar los nacionalismos que conducen a la xenofobia.
Asimismo, gracias a los mercados unificados una persona que no se beneficia con determinadas reglas traslada con un solo click sus capitales y es capaz de provocar verdaderas crisis sociales. Se trata de personas con gran poder que no le dan cuenta a nadie de sus actos.
De este modo, para Todorov, el ultraliberalismo promueve la soberanía del poder económico encima de la soberanía política (del pueblo). No se tolera ningún tipo de intervención del Estado.
Hay que anotar que Todorov dejó claro que el capitalismo no es contrario a la democracia y tampoco la globalización es un mal en sí mismo, pues el relacionamiento entre los países no es un desastre, salvo por los desbalances que pueden producir, por ejemplo, quiebres de industrias locales y desempleo.
Otra expresión del ultraliberalismo es el excesivo poder de los medios de comunicación. Todorov aclara que la libertad de prensa es indispensable como contrapoder. Sin embargo, la libertad de expresión, que fundamenta a la libertad de prensa, cuando es ilimitada se llega a convertir también en un poder y todo poder debe, necesariamente, tener un contrapeso.
Para Todorov, es claro que el poder de la prensa no es elegido ni ungido por la ley, sino que es simplemente de quien posee los medios. Entonces ¿cómo limitar ese poder? Por ejemplo, señala, hay que velar para que personalidades políticas no tengan intereses personales en los medios de comunicación (el caso Berlusconi en Italia). Asimismo, se debe alentar la pluralidad en la prensa. Si todos los medios dicen lo mismo y además lo mismo que dice el gobierno de turno entonces es probable que exista un problema.
Vale la pena hacer una reflexión sobre este poder de la prensa al que Todorov se refiere. Si fuera cierto que la prensa tiene un gran poder por qué entonces los crímenes contra los periodistas parecen arreciar. De hecho, según el Informe Anual de Impunidad 2012 - IFEX-ALC, entre enero de 2010 a setiembre de 2012 fueron asesinados 74 periodistas en América Latina y el Caribe; 878 sufrieron agresiones físicas, 431 periodistas fueron amenazados de muerte y cerca de 120 han sido enjuiciados. A nivel mundial, según el IPI, en lo que va del 2012, fueron asesinados 102 periodistas.
Desde mi punto de vista, en la estructura de los medios hay que diferenciar al propio medio como aparato de comunicación, a los propietarios y los periodistas. Estos últimos son sin duda los más desprotegidos. Aún así, también es cierto que los casos de cierre de medios de comunicación y acoso a sus propietarios, como ocurre por ejemplo en Venezuela y Ecuador, también existen, y por supuesto también afectan a los periodistas. Todo esto sucede en un contexto donde la relación entre los gobiernos y la prensa se encuentra claramente deteriorada.
Así que cuando Todorov se refiere al poder excesivo de los medios de comunicación parece apuntar a aquellos que se encuentra de algún modo alineados y que "juegan en pared" con otro tipo de poder como el político o el económico. Se trata pues de la pérdida de su sentido crítico y plural.
Otra arista que, me parece, Todorov advierte en el tema del poder de los medios se refiere a las responsabilidades. Muchos periodistas tienden a minimizar el poder de los medios y la influencia de estos en la opinión pública. Pienso que, en el fondo, eso contribuye a una percepción reducida de las responsabilidades éticas de comunicación. Creo que si no tenemos claro las responsabilidades que conllevan nuestras prácticas como comunicadores sociales los límites se difuminan y aparecen los excesos. Cito al filósofo liberal Karl Popper en su obra La televisión es mala maestra:
“Ha sucedido que la televisión se ha convertido en un poder político colosal, potencialmente, se podría decir, el más importante de todos, como si fuese Dios mismo el que hablara. Y así será si seguimos permitiendo el abuso. Se ha vuelto un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia puede sobrevivir si no se pone fin al abuso de este poder.”1
3. El populismo y la xenofobia. El populismo, indica Todorov, favorece lo inmediato y se aparta de las abstracciones. Mientras el populista se dirige a la plaza y la enamora, el demócrata muchas veces debe promover ideas impopulares pensando en el bien común y duradero. El populismo es pues, efímero y reemplaza al poder del pueblo por la pasión de las multitudes. Además muchas veces, el populismo, al recurrir a lo emocional, tiende a exacerbar los nacionalismos que conducen a la xenofobia.
Todorov subraya que muchos se confunden y llaman populismo a la opinión del pueblo que no les agrada. En ese sentido, aseveró que es posible distinguir al verdadero populismo con las precauciones debidas, teniendo en cuenta el contexto y otros elementos. De este modo, no hay que confundir el principio democrático que es la soberanía del pueblo con el populismo, que es su caricatura. Así como no se debe confundir al liberalismo con el ultraliberalismo, que también es caricatura del primero.
Estos tres enemigos o peligros; el mesianismo, el ultraliberalismo y el populismo, provienen desde la propia tradición democrática. Tal vez, indicó Todorov, estos adversarios tienen una apariencia menos intimidante que las dictaduras totalitarias, el terrorismo o los fundamentalismos religiosos extremos, pero son sin duda la mayor amenaza para la democracia. Todorov, resalta que la conquista de la democracia no termina nunca y para tener éxito hay que defenderla de sus enemigos tanto externos como internos.
Finalmente, Todorov hizo un llamado a los concurrentes a no olvidar la historia reciente, de hace unas décadas, vividas en nuestro país (en alusión al terrorismo). En ese sentido, resaltó la importancia de la memoria, poniendo como ejemplo a Alemania, que gracias a una educación intensiva a su población pudo inmunizarse contra el peligro del nazismo. Cabe recordar que Todorov ha reflexionado en torno a la memoria y su importancia para la sociedad y aunque en la conferencia no ahondó en el tema, sí lo hizo en la entrevista que se le realizó en La Mula TV, en el programa El Arriero, conducido por el antropólogo Javier Torres Seoane. Compartimos el video a continuación:
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1. POPPER, Karl, CONDRY, John. La Televisión Es Mala Maestra. México: Fondo de Cultura Economica, 1998; p. 55.
1. POPPER, Karl, CONDRY, John. La Televisión Es Mala Maestra. México: Fondo de Cultura Economica, 1998; p. 55.