31 de mayo de 2012

El discurso social del VIH SIDA visto desde la comunicación. Entrevista al comunicador social, Martín Chávez Burgos.

¿Cómo podemos abordar las temáticas de salud desde la comunicación? ¿Cómo entender desde la comunicación, los repertorios culturales de las poblaciones o grupos humanos afectados por alguna enfermedad? EPC entrevistó al comunicador social Martín Chávez Burgos, quien nos habló sobre su experiencia de investigación en su tesis: Discurso social del VIH - SIDA en personas diagnosticadas que toman Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA) y pertenecen a un Grupo de Ayuda Mutua (GAM) de Lima.



Con esta entrevista iniciaremos un ciclo de audiovisuales para abordar diversos ámbitos de la comunicación, las ciencias sociales y humanidades.



7 de mayo de 2012

¿Por qué los medios de comunicación muestran más información negativa que positiva? Parte 1



Participé hace unas semanas de la presentación de un estudio para World Vision, que dirigí en IP Noticias, sobre la exposición de la niñez en los medios de comunicación (en otro post abordaré el estudio). A raíz de los resultados que mostraban una mayor cantidad de menciones negativas referidas a los infantes, niños y adolescentes en los medios, surgió un interesante intercambio de ideas con algunos panelistas.
Malas noticias - Barcelona
Malas noticias / Marco Aurelio
Fotoblog Nocturama - www.marceloaurelio.com
Por ello, en este post me interesa ahondar en el tema de la exposición de información negativa en los medios por encima de la positiva o viéndolo en otra perspectiva, la exposición de hechos con un enfoque negativo antes que positivo.
¿Por qué los medios de comunicación informan, al parecer, más sobre cosas malas que buenas? ¿Es esta apreciación real o no tiene sustento? ¿Se puede informar sobre un hecho violento o un crimen de manera positiva?
En su libro Lecciones de Periodismo Televisivo, Julio Estremadoyro hace una aclaración válida: No existen noticias buenas ni malas sino hechos o sucesos buenos y malos. Con frecuencia, dice, "se confunde el suceso y el hecho con el resultado de la cobertura periodística de él". Estremadoyro plantea que solo hay noticias que interesan o no y cuya información puede ser objetiva, veraz, imparcial, honesta y responsable, es decir correcta o simplemente no serlo. ESTREMADOYRO (2004: 37)
La distinción es oportuna pero se parte de una premisa que no es del todo exacta. Se asume que la noticia es o puede ser una construcción objetiva obviando que es una realización de seres humanos, periodistas, que tienen una visión del mundo particular y se ubican en un determinado contexto que lo influyen. En ese sentido, en mi opinión, la objetividad es un ideal que no es posible alcanzar pero sí, y es lo deseable, perseguir.
Antes de continuar y para dejar más claro el tema de la objetividad copio este texto de un ensayo de Javier Darío Restrepo, quien además cita a la filósofa española Victoria Camps:
Esa ilusión de objetividad desaparece cuando intervienen las inevitables tomas de posición, implicadas en la decisión entre varios hechos que pueden ser convertidos en noticia: ¿cuáles se cubren y cuáles se silencian? Al optar por un determinado hecho, viene un segundo paso: las fuentes que se consultaron: ¿por qué esas y no otras? Se repite el fenómeno cuando el periodista utiliza el material proporcionado por las fuentes, porque debe seleccionar unas partes y descartar otras: ¿con qué criterio se  hace la selección? Y las decisiones continúan al preferir un enfoque a otros, al titular, al subtitular, al diagramar, al ilustrar. En todas estas etapas se mantiene vivo el riesgo de que las posiciones subjetivas impidan la objetividad.
Victoria Camps formula reflexiones que seguramente han pasado ya por la cabeza de los periodistas sometidos a esa dualidad de sentirse obligados a ser o parecer objetivos y de decidir en cada uno de los pasos de la elaboración de una noticia, entre su subjetividad y el mandato de la objetividad. Dice la filósofa española: "informar no es tan distinto de opinar, o por lo menos, interpretar. Decidir cuál ha de ser el objeto de la información es dar una opinión. Decidir la forma -la extensión, la imagen- que debe tener la información, es manipular la  realidad". Porque, agrega Camps "no se informa sólo por informar. El informador elige una información y elige, a su vez, el público al que la dirige. Nadie habla en el vacío". 
Hartos de malas noticias - Rosell Meseguer
http://lensfotografia.wordpress.com
Visto lo anterior, entonces nos percatamos que sigue pendiente la pregunta ¿por qué los medios se interesan más sobre hechos negativos que positivos? y ¿por qué suele predominar un tratamiento negativo de los hechos para su exposición en los medios?
El tema es bastante complejo pero considero al menos cuatro factores importantes que pueden ayudar a responder las interrogantes planteadas. (Por razones de espacio, en este post solo me referiré al primero)


1. El control social
2. Los medios reflejan solo un porción de la realidad
3. El sensacionalismo
4. El predominio de los formatos netamente informativos


El control social .- El control social se define como un conjunto de prácticas, actitudes y valores que tienen por objeto sostener el orden establecido en una sociedad. A decir de Remi Lenoir "(...) se trata de restaurar la autoridad de las reglas, de mantener el orden establecido y de asegurar la perpetuación; en resumen, de garantizar la integridad y la integración social". MORENO; VÁSQUEZ (2006: 89)
En esta perspectiva los medios de comunicación son medios de control social, cumplen ese papel de facto y alertan sobre cosas o hechos que no están dentro de la lógica del modelo o sistema.
¿Es noticia un niño que asiste a la escuela puntualmente todos los días? Claro que no, pues se trata de una rutina normal, que se espera ocurra dentro del sistema en que vivimos. En cambio, si el niño es víctima en un accidente o es atacado en el camino a la escuela, entonces es probable que el hecho se convierta en noticia.
Se trata de una desviación, una disfunción, algo que no se espera dentro de la normatividad de la sociedad. Se convierte en una hecho particular sobre el que hay que poner atención e interés. 
Hasta aquí, si nos detenemos un momento a pensar, nos daremos cuenta que estas desviaciones en el sistema se relacionan en mayor medida a cosas negativas: crímenes, violencia, corrupción, etc. De esta forma los medios de comunicación se convierten en entidades fiscalizadoras y alertan sobre las disfuncionalidades que ocurren y que ponen en peligro al modelo social.
Este enfoque nos puede ayudar a entender porque en los medios encontramos mucho más información negativa que positiva. Existe mayor necesidad y urgencia por alertar sobre cosas negativas antes que positivas. Estas últimas incluso pueden enmarcarse en sucesos esperados dentro del modelo. Aquellos hechos positivos pero no esperados, digamos sobresalientes, también pueden convertirse en noticia. Por ejemplo, un inventor con discapacidad visual que además gana un premio. 
Cabe advertir que no estamos describiendo completamente el papel de los medios de comunicación en el control social. Los medios también pueden convertirse en agentes de cambio, como el rol que tuvo la red social Twitter en la articulación de los movimientos sociales en el contexto de la llamada "Primavera árabe". Asimismo, los medios de comunicación pueden convertirse en agentes de reacción, pues no olvidemos, también colaboran en mantener el orden establecido. Podemos observar claramente este papel cuando surgen diversos movimientos sociales y políticos que critican a un determinado modelo y son expuestos y calificados por los medios como antisistemas.


Dejo este video de tono reflexivo sobre las noticias:






En un siguiente post continuaré explicando los factores restantes.


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ESTREMADOYRO, Julio. LECCIONES DE PERIODISMO. Lima: Fondo Editorial PUCP, 2004



RESTREPO, Javier Darío (2001). La objetividad periodística: UTOPÍA Y REALIDAD. Chaski, 74



LENOIR, Remi. La noción de control social. MORENO, José; VÁSQUEZ, Francisco (eds.). PIERRE BOURDIEU Y LA FILOSOFÍA. Editorial Montesinos, 2006.