Preparándonos
para iniciar una investigación, revisaba algunos apuntes de lecturas pasadas
que abordábamos en las sesiones de discusión sobre epistemología y
ciencias sociales, a manera de adentrarnos en el debate epistemológico sobre la
comunicación. Este post se basa en un resumen de ¿Qué tipo de Ciencia
Social debemos construir ahora?, el
tercer capítulo del libro Abrir las Ciencias Sociales de la Comisión
Gulbenkian para la
reestructuración de las Ciencias Sociales, con la coordinación de Immanuel
Wallerstein. Aunque algunas observaciones planteadas en la obra no se
condigan necesariamente con nuestra realidad, en líneas generales hay muchas
ideas expuestas que llaman a la discusión y el debate. Incluyo
además algunas reflexiones sobre como situar a la Comunicación en el asunto.
La visión
del tema es desde dos aspectos, el primero tiene que ver con el componente
organizacional y el otro aborda las cuestiones teóricas - metodológicas.
Dentro
del aspecto organizacional existe un enfoque interno que trata la estructura
académica de las ciencias sociales dividida en disciplinas y la administración
de ellas. Asimismo, se plantea un enfoque externo que se centra sobre todo en
las estructuras no docentes.
Aspecto
Organizacional
A.
Enfoque interno
1. Si
bien la división de las ciencias sociales en diversas disciplinas tuvo como uno
de sus logros la formación de estudiosos, aquellas han terminado
controlando los patrones de la carrera, incluso luego de culminada la
preparación de los estudiantes:
- Por lo
general, para cargos docentes como de investigación se requieren doctorados (en
nuestro caso se puede observar que la valla baja con frecuencia, permitiendo grados
menores) en disciplinas específicas.
- Se
estima mucho la publicación de trabajos en revistas de la disciplina.
- En el
caso de los estudiantes de postgrado, se valora la obtención de títulos en
disciplinas estándar.
- Por lo
general, los estudiosos tienden a asistir a eventos académicos como seminarios
y conferencias de su propia disciplina.
Hasta
aquí, se observa que las disciplinas en muchos casos han dotado a los
estudiosos de una protección que no alientan el cruce de fronteras. Sin
embargo, también existen otras aristas a considerar:
- Algunos
requisitos de las disciplinas han provocado nuevos espacios académicos como
coloquios, conferencias y congresos, importantes para la comunicación
científica.
-
Esos coloquios reclutan a sus participantes no en torno a las disciplinas sino
al objeto de estudio, lo cual convoca a estudiosos de diversas disciplinas.
- Surgen
revistas científicas de investigación que ignoran las barreras disciplinarias.
-
Aparición de programas nuevos en la segunda mitad del siglo XX, compuestos por
personas tituladas en diversas disciplinas. (trabajo social, comunicación,
computación, genética)
En el
caso de la comunicación, la formación teórica recibida bebe de otras
disciplinas de las ciencias sociales y además de las humanidades. Otros
conocimientos impartidos, que podrían decirse más propios de la disciplina
(redacción, edición de video, protocolo organizacional, etc.) son eminentemente
prácticos. En las escuelas o facultades de comunicación la especialización se
desarrolla en el pregrado y los incentivos a estudios e investigaciones
interdisciplinarios parecen ser escasos.
Mi
impresión es que los requerimientos del mercado han hecho de la comunicación
una carrera donde el énfasis ocurre por el lado de la técnica y la práctica.
Por consiguiente, la especialización buscada por los comunicadores también en
el postgrado va en esa línea.
De otro
lado, y quiero referirme solo a la realidad en el Perú, existe una indefinición
y dispersión de la visión epistemológica (ya histórica) de la disciplina
plasmada incluso en la propia ubicación de las escuelas de comunicación. A
veces dentro de facultades de humanidades, otras dentro de facultades de
ciencias sociales, cuando no aisladas completamente como una facultad aparte.
2.
Batalla por asignación de recursos. Las nuevas disciplinas tienden a reclamar
mayores recursos e independencia presupuestaria, reduciendo el poder de
disciplinas tradicionales ya existentes. Quienes tienen menos recursos tratan
de justificar incrementos de los mismos con argumentos intelectuales académicos
pero quienes deciden sobreponen criterios administrativos. Asimismo, la presión
es distinta en cada universidad y cada país.
3. El
panorama final es una dispersión organizacional con multiplicidad de nombres
para nuevos programas. Es decir, ocurre lo contrario del periodo posterior a la
mitad del siglo XIX y mitad del siglo XX. Cada vez se crean más disciplinas.
4. Las
fronteras entre los llamados tres supercampos del conocimiento: ciencias
naturales, sociales y humanidades tienden a difuminarse. Esto lleva a discutir
la posible reconfiguración del sistema de facultades y ya no solo de las
ciencias sociales. La creación de nuevos programas disciplinarios producto del
intercambio entre dos o más disciplinas antes separadas. Por ejemplo, la unión
de la ética y la biología: Bioética; la unión de la antropología, la medicina y
el derecho: Antropología forense, etc.
“El
esquema institucional predominante en la universidad peruana traduce el
arraigo de patrones epistémicos positivistas decimonónicos, como el de la
distinción dicotómica entre ciencias puras y ciencias aplicadas, o entre ciencias naturales y
ciencias sociales. Más aún, éstas últimas han tendido a reproducir
criterios metodológicos de las primeras, bloqueando las
posibilidades de un efectivo acercamiento y recuperación del rico
imaginario y el bagaje de saberes presente en nuestra sociedad
multicultural.
Dicho patrón
organizacional ha limitado el trabajo académico interdisciplinario, contribuyendo
a la actual dispersión y atomización de facultades, escuelas e institutos
de investigación.” (Pág. 72)
B.
Enfoque externo.
En este
punto las observaciones se dirigen a lo que ocurre hacia fuera de las
universidades.
1. La
fuga de las actividades de investigación a centros de estudios avanzados, en
algunos casos externos a la universidad, y otras estructuras no docentes.
Muchos investigadores no desean enseñar en niveles iniciales de formación. En
el caso del Perú, es difícil encontrar investigadores de primer nivel como
docentes en el pregrado. Asimismo, existen varios institutos de estudios e
investigación de gran prestigio, por fuera de la estructura universitaria. Por
ejemplo, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el Centro de Estudios y
Promoción del Desarrollo (DESCO) o el Instituto Peruano de Economía (IPE),
entre otros.
2. En el
siglo XIX los espacios de comunicación intelectual eran las reuniones
académicas nacionales y las publicaciones periódicas científicas,
posteriormente aparecieron los coloquios, con mayor fuerza desde la segunda
mitad del siglo XX. Con la superpoblación de estas estructuras han aparecido
otras nuevas donde los profesionales se encuentran físicamente separados pero
gracias a las nuevas tecnologías son capaces de unirse. Las publicaciones
online, tecnologías de creación, edición, almacenamiento y difusión de
documentos y archivos, redes sociales (Google Docs, blogs, Quora, por nombrar
algunos). Son espacios virtuales de intercambio y comunicación con un
flujo constante y en crecimiento.
Ante
estos procesos endógenos y exógenos, que vienen sucediendo desde hace algunas
décadas, surgen varias cuestiones. ¿Seguirán siendo las universidades la
principal base organizacional de la investigación académica o serán sustituidas
por centros especializados, institutos de investigación, redes sociales y/o
comunidades virtuales?
Vale
considerar la idea de la aplicación de la web social y sus tecnologías a la
investigación científica. Algunos han llamado a esto Ciencia 2.0. No deben
pasar inadvertidas redes sociales como Academia.edu,
ResearcherID, Academici.net, por citar solo unas
cuantas.
Se
plantea que con la expansión de la estructura universitaria, es probable que
estos cambios sean inevitables y hasta podrían brindar un equilibrio. Sin
embargo, algo no tan positivo sería que la investigación se escindiría cada vez
más del sistema universitario y de la enseñanza con lo cual la justificación
para la investigación académica correría riesgo.
Aquí hay
que tener en cuenta los problemas que afrontan las carreras que no se vinculan
fuertemente a las necesidades del mercado o la economía, principalmente las
humanidades. Hoy en día, estemos de acuerdo o no, este es también otro factor
de legitimación.
Para un
siguiente post, veremos los aspectos teórico metodológicos, señalados en el
libro.